La teoría del “todo”
Si tú también eres de las personas que han considerado iniciar su propio negocio, han buscado opciones para invertir o incluso han dedicado tiempo y esfuerzo en el diseño y desarrollo de alguna idea seguro te preguntarás cómo “empezar con el pie derecho” y, aunque muchas son las opiniones, quiero platicarte sobre lo que considero uno de los tópicos más importantes para lograr dicho cometido: la imagen e identidad corporativa.
Si tuviéramos que resumir este tema en una sola palabra, esta sería “todo”. Hagamos un pequeño experimento, observa a las personas a tu alrededor: fíjate qué llevan puesto, sus peinados, el calzado, la forma en la que hablan y caminan; los accesorios y colores que llevan, el teléfono móvil que utilizan e incluso la mascota que pasean. Toma tu tiempo.
¿Listo? Muy bien, pues la gran mayoría de esos elementos tangibles e intangibles fue elegida por cada uno de ellos para comunicar al mundo sus identidades, quienes son, lo que los diferencia de los demás. A su vez, estos mismos elementos envían directa o indirectamente un mensaje que puede ser interpretado según el receptor y crea una imagen respecto a quien envía dicho mensaje.
Con las empresas no es diferente, también existen ciertos elementos que las ayudan a crear su identidad corporativa y que ayudan a influir en la manera en la que las personas las perciben, la imagen que tienen sobre ellas.
Todo forma parte del todo, por lo que es crucial cuidar aspectos como nuestro nombre, logo, eslogan, colores institucionales (identidad cromática), página web y redes sociales, hasta la atención al cliente y el ejemplo que ponemos dentro de la empresa con nuestras acciones y decisiones.
Y tú, qué opinas, ¿qué tan definida está la identidad de tu empresa, y cómo es que la gente la percibe realmente?